rodeada de sombras
este no estar, queriéndolo
aquella mano
que ahoga mi grito
enmudeciendo el eco en mi vientre
de ovario a ovario
golpeando la matriz
de mis afanes de vivir.
Voy con la torpeza a cuestas
con este desvarió que me llama
por mi nombre
riéndose de mi
pordioseándose el alma
desde la torre de marfil
de los egòlatras.
¿Donde queda el ayer?
Ese mortecino espectro
bailarín desnudo de mis errores
teatro de títeres sobre carretas llenas
de una nada plomiza
aplastando mis hombros.
Sombras
vigilando mi corazón
desangrándome
buitres del alma mía
perdida en la noche desértica
del amar sin poder
de la nostalgia del tiempo
zarcillo roto
aplastado en el suelo
por los jinetes de mi propio apocalipsis
Gracias.
ResponderEliminarMe encanta.
Como me deleitan tus versos ...
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