SERPIENTE

Allí dormitaba ella
yo jugaba
a no despertarla.

Brillaban sus escamas
multicolores
mientras yo corría
distraída
con el aro de la vida
a ser niña
sin destino
previsto
sin miedos.

Corrí junto al árbol
de la sabiduría
sin mirarlo
no la vi
distraída con un gusano
y sus aros minúsculos
blancos y blandos
moviéndose eróticos
sobre la tierra húmeda.

Gritaban los hombres
que me apartase
ella dormitaba
entreabriendo los ojos
indiferente a mi presencia
saturada su hambre
con dos poemas de Pessoa
y una imagen paradisíaca
de su amante.

Luzbel
alado Apolo
desterrado al fuego
emperador y dueño
de la belleza subterránea.

Dio un suspiro
y entonces
la vi
reptil hermoso
insinuación permanente
de un mal
previsto por el dios
que decidió
darle el papel
más lucido de su obra

Dama veneno
capaz de arrastrar al hombre
hacia una tentación
costosa y dictatorial
como la anterior.

Maldad y estupidez
repartidas
en un texto sin críticos
sin actores creativos
porque él
ya lo tenía todo previsto
incluso este poema
inconcluso