Sonó la ocarina por última vez
los sátiros cerraron la puerta
el agua de la fuente dejo
de manar al ponerle un grifo
el bosque murió
de cemento y humos
Sonó la ocarina llamándolos
pero ni su magia tuvo el poder de devolverlos
de entre las hierbas descuidadas
las flores solas
yermas de néctar para las abejas.
Sonó el arpa llamando a las hadas
inexistentes en un mundo ruidoso y sordo
los gnomos recogieron
los enseres de las bellas ninfas
escapando a lomos de unicornios azules
la noche en que los hombres iniciaron
el baile de la muerte de otros hombres
Lilith subió de los infiernos
con su capa de fuego
arrasando el alma humana
negro carbón ensuciando
la belleza de la dulce Gea.
Sonó la ocarina
el arpa lloró el sueño interrumpido
ya no hay bosques donde dormir
Oberón y Titiana dejaron su corona
en manos de la luna del manto negro.
Centauros agonizaron
pateando en los tejados
sus enredadas crines
en las antenas colectivas
Arrodillada frente al gnomo mayor
rogué llorando que no dejase de tocar su música
sonrió tristemente dándome el instrumento
que guardo en mi corazón
junto con sus lágrimas.
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