Ha venido por sorpresa
me ha despertado
su sonrisa
y sus manos
han acariciado mi cuerpo
durante tantas horas
que he creído desaparecer
Dulcemente
ha llegado a mi garganta
y sus labios
han sido alpinistas
de mi cuello
haciendo vivac
en mi oído.
Ha musitado
tan dulces palabras
que una avalancha
de placer
ha recorrido la ladera
de mi tronco
arrasando mis gemidos
hasta el campamento
de mi sexo.
Sus labios entreabiertos
han respirado con ansias
el aire puro de la cima
clavando la bandera
de su conquista
en el latido del útero
de su amor
abrazado al mío
danzando al unísono
la coronación mutua
de la alegría de la vida.
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