Acuso el llantola lluvia que el mar escupe
mientras me acomodo
impasible en la roca hiriente.
Miro al mar
sin mirarlo
sin verlo
percibiendo su olor
como percibo el tuyo.
Y aspiro hondo
en la memoria
intentando llenar
de tu esencia
hasta los bolsillos alados
del primero de mis arcángeles
desterrado de un cielo
al que me niego a subir
si no te tengo.
Del último de mis demonios
lenguaraz obsceno
que me posee
cuando te poseo.
Percibo
tu marcha
tu ausencia
cuando tras de ti
se escapa mi libido
mi pensamiento
mis sentimientos
y quedo
estática y quieta
mujer galápago
frente a un mar
plano y gris
sin sonido de vida.
Espero al sol
lagarto de mi misma
inamovible
quieta
unida a la roca
siendo piedra
en este mismo instante.
Haciendo del pensamiento
lava fría agarrada
al filo de una navaja
asesina de un metal
más fuerte que el acero
Espero
parando el reloj
llenando los segundos
de suspiros lentos
lenguaraces
musitadores
intemporales
de mis propios
pensamientos
adormecidos
en la penumbra
de mi casa/cuerpo
bajadas las persianas
de mis párpados.
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