Llueve
se encoje el asfalto
dolorido de gotas incansables
en su caer
hacia el espanto negro
de unas calles hostiles.
Me llueve el alma
cristales blancos
perfumados de palabras
que enmudecen sin llegar
a nacer.
Mi corazón tararea una
triste melodía arrítmica
ni el piano sabe improvisar
tanto como mi rojo compañero.
Llueve
el asfalto llora
toda mi torpeza
abro la botella
invitándome a mi misma
a esa dulce borrachera
para olvidar
que olvidé mis errores
y volví a cometerlos.
de unas calles hostiles.
Me llueve el alma
cristales blancos
perfumados de palabras
que enmudecen sin llegar
a nacer.
Mi corazón tararea una
triste melodía arrítmica
ni el piano sabe improvisar
tanto como mi rojo compañero.
Llueve
el asfalto llora
toda mi torpeza
abro la botella
invitándome a mi misma
a esa dulce borrachera
para olvidar
que olvidé mis errores
y volví a cometerlos.
la lluvia te inspira ...
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