la nada
en la que me encontraste
el pilón sin agua
la fuente seca
donde la sed grita mi nombre
El cansancio de un camino
sin señales
mis heridas sin curalas flores muertas
entre mis manos niñas.
Me debes el placer
de su piel junto a la mía
las interrogantes de sus labios
el brillo de sus ojos
el sonido de su voz
irritada o alegre
Lo cotidiano que pedí
mientras me señalabas
direcciones erróneas
caminos sin salida
océanos de mentiras.
Me debes, vida,
el amor que me negaste
antes y me das ahora
naciéndome en el pecho
tan a borbotones
que me ahogo en el
si no me pagas
alcanzándome su boca
para darla un beso.
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