De repente
con lo desconocido
e inicia un forzado diálogo
donde el otro
no responde
no sabemos si escucha
aunque necesitamosesa atención
para seguir hablando.
Y un silencio se inicia
y te miras la punta de los zapatos
y carraspeas
y lees en voz alta
los anuncios de los restaurantes
y te dan ganas de recitar las cartas
la del menú del día
la de vinos
la de los postres
y se te seca la garganta
donde el agua no existe
donde los oasis son
espejismos ilógicos
sin arenas desérticas
sobre el asfalto.
Miras su cara
la esconde
y piensas rápido
pero no se te ocurre nada....
De repente
necesitas palabras que no tienes
gestos que desconoces
valentía para callar
y mantener ese silencio
que sin saber la razón
te incomoda tanto
y la miras
y tiemblas
y preguntas
sin atreverte a preguntar
¿que estará pensando?
Y es posible que no piense nada
que no haya nada que decir
ni que argumentar
cuando entre dos
sólo existe el vacío
de algo que fue
y ya no será nunca más.
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