Dormita la iguana
sobre la roca negra.
El cielo peina estrellas frente al espejo marino.
Miro mi barca
varada en la arena
no recuerdo los mares que cruce con ella
tal vez, tan sólo bordeé la costa
de mi pequeño pueblo pesquero.
Tengo las redes de los días
enredadas en mis años
golpeadas contra las tormentas
de ayer que apenas son recuerdo.
Un marino sentado sobre la arena
cose y descose el tiempo.
La iguana duerme
mientras el mar canta
viendo peinarse al cielo.
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