a mí misma, si no tuviera que caminar
entre las palabras de mis amigos,
buscándome.
Alguna vez, reconocí mis ojos
mis manos cubrieron mi cuerpo,sintiéndolo mío..
Apenas recuerdo en que momento,
en que día,
en que año...
tal vez, no sucedió nunca.
Si frente al espejo tuviese el valor de ser,
sin limitarme a estar,
dentro del frío bloque transparente.
Son las ocho de la tarde,
una ventana me cierra el paso
y a ella, le cierra el paso una persiana...
En alguna parte, hay una puerta,
en la puerta, un timbre vetusto
y oxidado.
Ahora mismo,
podría sorprenderme su ronco sonido,
dejaría de teclear...
Apartaría mi cuerpo de esta silla
y mis pies recorrerían los tres metros que
me separan de la puerta.
Sería espléndido hacer chirriar la cerradura,
encender la luz que no existe,
y encontrarme al otro lado del dintel,
con quien soy, realmente....
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