en los bares de la desesperanza.
Sin conocernos penamos juntos
plomizas arengas sobre el amor
dolientes todos de igual verborrea.
Te echan de menos los dedos de mis manos
Te echan de menos los dedos de mis manos
mi piel no sabe otro camino que la tuya.
¿por dónde divagarán mis ansias
si no tengo tus labios para acallarlos con los míos?
Podría arrastrarme hacia ti
rogarte que volvieras camino de mi cuerpo
rogarte que volvieras camino de mi cuerpo
por el sendero donde mi sexo olvida el alma
que escapa avergonzada
ocultándose bajo el paragüas del corazón
lejos de tormenta lasciva.
Podría enseñarte caminos secretos
que llegan al infierno
en mi locura de tomarte
podría si mi mente fuese capaz de tener
las alas que tiene mi pensamiento.
Me emborracho de ti, de no tenerte
te pienso en mi noche de copas
junto a los tristes desesperanzados.
El camarero mira el reloj
cargo el cuerpo de un compañero
alcohólico de amores rotos
de cansancios en las soledades
pletóricas de llantos en silencio.
Camino a casa te desnudo despacio
bebiéndome el instante
sorviéndome las lágrimas.
Borracha de ausencias
meto la llave en la cerradura
de la esperanza diciendo tu nombre
amor....sin recibir respuesta.
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