Pasan las rapaces
vuelos rasantes
sobre las espigas
doradas
silban las curvadas hoces
sobre mi cabeza
intentando sesgar
todo mi aliento.
El ala de mi sombrero
recoge los rayos de tus ojos
llenos de luz
pintando de amarillo
los campos de trigo de
tus palabras
vientos de amor
que inventan amapolas
haciendo un puente
rojo y dorado
entre mi corazón
y el tuyo.
Secas el sudor
de tus ausencias
y las mías
con el pañuelo de tu
complicidad
tu ternura
mujer y amante .
El camino hacia casa
va por la vereda
donde calmo tus pies
cansados del viaje
con el agua de mis besos
durmiendo tu angustia
en mi campo dorado
en el tuyo amapola
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