Huele a mañana
a sol tibio
calentado en un microondas
metido en un tupperware
comprado en un super chino.
Tengo ganas de llorar
de darle una patada al mundo
de retorcerle el cuello a una hora
en la que me siento “otra”
en la que soy yo
aunque no soy yo.
Pasan autobuses viejos
gritando con voz de lata
dos perros me miran
les ladro y se asustan
soy una perra extraña.
Aquí reina
el paso que no pasa
la vida en cámara lenta
aquello de “mañana será…”
aunque no sea.
Tengo un perro
prendido de mi estómago
un dolor extraño
porque no me duele
una sin razón
porque amo y me aman
pese a todo y a tod@s.
Se que no soy
como estoy
que mi ladrido es otro
que mi talante
se ha ido a dar un paseo
con mi sentido común
que como siempre,
es el menos común de los sentidos.
Tengo fiebre en las venas
una patada lista para entregarla
a quien la quiera
doscientas palabrotas
una hostia sin consagrar
y veinticuatro mil veces
"me cisco en la puta vida"
porque siento una cosa rara
en el estómago
y no puedo meterla
en el tupperware chino.
mabel escribano
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