Sigilosamente
de puntillas
entra en mi habitación
me ve respirar
y sin decirme nada
empieza a desnudarse
con la maestría
de quien conoce
sabe
la belleza de su cuerpo
y cómo mostrarlo
lentamente
enervando así
la necesidad
de verlo
tocarlo
y besarlo
a la mayor prontitud.
Sonríe porque
se ha percatado
de que miento
que no duermo
ve agitarse mi respiración
despertarse mis deseos
en un simulado sueño
que quiere tomarla
al asalto y ser tomada
de igual manera.
Se ilumina toda
despojándose
de los velos auroras
y cae junto a mí
transformada en día
vida para mi aliento
pletórico de luz
día nuevo
día continuación
de cuantos he vivido
con el mismo deseo
con la misma pasión
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