Algunas veces
cuando paseo dentro de mi misma
intentando cortar el césped
de los recuerdos amargos
observo los nidos
de algunos topos
de la memoría lejana
que ajenos a mis intentos
quedaron ahí
anidando
camada tras camada
Ya no duelen
son cicatrices
adornadas por imágenes
reales e irreales
que la mente deforma
o conforma
según la fortaleza
del momento.
Busco los árboles
de mis recuerdos bellos
el sauce donde encontré
razones para no morir
cuando alguien lloró
diciendo que me quería.
El cerezo rojo
de mi maternidad
el frio abeto
de mi conciencia
que me dijo a quien
no podía querer
y este roble
que ha mirado
al árbol de la vida
de un amor imprevisto
como todos los amores.
Algunas veces como hoy
cuando paseo dentro de mi
saludo a mi alma
como a una vieja conocida
me siento con ella
y abro la botella
del corazón
para saciar a duo
la sed de un trabajo
duro
ese de no olvidar
perdonando.
mabel escribano
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