porque, aunque quiero,
no quiero que leas lo que siento.
Escudriño las calles
donde sé que estás,
esperando verte,
no sea que mi retina se olvide de ti,y tenga un conflicto con mi corazón,
tan débil y solo.
Te lanzo maldiciones pequeñitas,
con miedo a que te den ,que te lastimen,
y guardo en los bolsillos,besos en forma de tiritas,
por si tengo que prestarte auxilio.
Te escribo cartas que no mando,
y ni en sueños me atrevo a desnudarte,
mi pensamiento te acuna
barca sobre el mar de este llanto,
que ingrato me provocas.
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