que la noche se iluminó con el fuego del
sexo...que tu voz, gimiendo de placer,
hasta el amanecer.
Quien puso el reloj en marcha?
quien dio las campanadas
que hicieron volar tus deseos?
Quien hizo volverse calabaza
la carroza de mis sueños...?
Cómo me arrebataron incluso el zapato de cristal que
me quedaba de tí.Nadie creería que te encontré perdida
en esa calle, donde las mañanas no existen
porque todo es oscuro...
Quien creería que tú
me pediste un sueño con horario
de cuento de hadas.?
Y pese a todo,
aquí estuviste, entre mis brazos..
pidiéndome que no dejase entrar la luz
del mediodía.
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