Vete niña, no son mis canas pupitre de escuela
ni estas arrugas en mi cara
sabios caminos para tu vida.
Ya dejó de asustarme el tiempo en el espejo,
me aprendí los surcos de mi rostro y dejé con dignidad,
suicidarse mi belleza,
en las rocas de los años.
Vete niña...
que ya tome tu cuerpo y supe ver en el,
antaño el mío...liso y prieto,
jugando con la vida que,
empieza retozando en el placer
de la propia belleza.
No te quiero para que ayudes mis pasos;
limites mis torpezas o solventes mi olvido...
te quiero lejos...empezando a vivir esa juventud
con la que hoy, me abofeteas.
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