Descalza
pisando cañas
sangre en los pies
y en el alma
jirones de mis
venas secas
llenas de nadas.
Mis ojos en otro lado
que no es este
que no es aquel
que no es
que no se cual es
y ya no me importa.
Nadie llama
las campanas tañen solas
pudimos pero no acudimos
habriamos podido
pero no pudimos
todo es un juego que la vida
juega contra nosotras
o con nosotras.
Es tiempo de volver
al punto de partida
de recoger los trozos
de hacer puzzles
y tratar de ser más rápidas
más fuertes
más ágiles.
No me arrepiento
me duelo
me arrancan
partes de mi alma
y mira
no me arrepiento.
Grito de dolor
gimo de angustia
y sorbo mis mocos
frente a quienes miran
lo que es vivir
asumiendo a la vida.
Duele
el amor duele
porque estoy viva
porque soy capaz
de amar
de asumir que
me aman
y se contar
segundos
minutos
horas
dias y meses.
Duele vivir
sabiendo
medir distancias
entre su cuerpo y el mío.
Aunque más me dolería
no haber querido saber
a qué sabia su amor
de que color era
la felicidad en sus ojos
cómo era cuando dormía
y cómo le habría apartado
el pelo de su cara al despertar
para ver su sonrisa.
Hoy grito de dolor
hacia adentro
y maldigo cadenas
que me aprietan
y los pájaros surcacielos
sin nidos que me alejaran
de ella para llevarme
lejos
tan lejos
que las distancias
son nubes que se cuentan
recorriendo el cielo.
Quisiera
plantarme en su tierra
y no tengo más espacio
que esta alma
que tirada en un rincón
gime de pena
musitando
no...no me arrepiento
esto es vivir
lo sabia
duele pero
es lo más bello de mi vida
no me arrepiento.
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