Abrid las ventanas
dejad que los cristales
reflejen en mi rostro cansado
la constante repetición
de lo que ayer fue lucha
y hoy dolor ulcerado.
Abrid la ventana
enseñadme en que lugar
he de comer la podredumbre
de vuestro padre nuestro
empapelado en libros
de filo dorado
para tapar la indolencia
de quien ve y lo niega
de quien dice sin saber
y sabiendo
no sabe.
De quien teme al que dirán
los otros
olvidando aquello
que su corazón clama.
Abrid la ventana
lanzarme al vacío
con los otros
los que clamaron
los que enronquecieron
los que lloraron
hasta ahogarse en su propia
pena por no asquearse
de su propia sangre.
Abrid la ventana
lanzarme al vacío
para que pueda respirar
algo que no sea vuestra propia
hipocresía.
Seguid comiendo
viendo morir en tres dimensiones
y pantalla plana
a todo se acostumbra uno
incluso a ver documentales
donde las bestias matan
unicamente para comer
olvidando el placer
de matar por matar
Abrid la ventana
o soltarme
tal vez pueda recordar
ese placer
que tenía olvidado
desde que un hombre
decidió darme un alma.
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