No recordaba haberme ido
pero regresé
y vi lugares nuevos
desconocidos
y sobre todo
vacíos.
Vacíos
llenos de añoranzas
gemidos apenas audibles
sonrisas tristes
tristes caminos
llenos de polvo
y en el polvo
nombres escritos
sobre lápidas imaginarias.
Regresé
sin que nadie se percatase
levitando con el alma
para no pisar el llanto ajeno.
Viendo con sorpresa
caer de mis ojos
lágrimas okupas
que abandonadas
tomaron mis lagrimales
al asalto
incapaces de usar los suyos
para llorar por otros.
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