paró el mar su oleaje
el viento se hizo un hueco
en el azeifar de la ventana
arremolinándo
cortinas terciopelo
del deseo de rozarte.
Te vi dormir
tu brazo
buscó mi cuerpo
descansando en mi cintura
el suave peso
de un sueño tranquilo.
Te vi dormir
recorriendo con mis ojos
tu cara
el óvalo perfecto
de tus mejillas
la belleza ingenua de tu naríz
la sensual vuluptuosidad de tu boca
el tranquilo son de tus senos
subiendo lenta y sin freno
la agitación de los míos.
Te vi dormir
el deseo de mi cuerpo
despertó al tuyo
el viento
cerró los ojos discretamente
sonriendonos
abandonando la ventana
dejando el azeifar para
un gorrión indiscreto.
El mar volvió
a batir sus olas
mientras nosotras nos besábamos
dándonos los buenos dias
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