Me arrastro
me sumerjo
me empeño en
empeñarme
y finalmente
pierdo
esa batalla.
El desgarro
sé que
es más que herida
sé que no hay
manera de sanar
el lamento de mi alma
escondiéndose
por los laberintos
de mi corazón
¿Cuanto dolor
puedo sujetar
dentro de mí
en mis adentros?
Sonrío
sin querer hacerlo
sin percatarme de ello
casi por costumbre
como el perro
cuando le dan el mendrugo
en la lata mugrienta
metiendo el morro
sin asco.
Animal domesticado
carne de cañón
fortaleza pese a todo
donde tan sólo las tomo
porque nunca las dí
por miedo a
hacer daño.
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