Por sorpresa
inesperadamente
me ha venido a visitar
la tristeza.
Con mi despiste habitual
casi sin percatarme
la invité a tomar café
y por ser cortés
apagué la música.
La luz de mi corazón
osciló varias veces
y sonreí pensando
"otro corte"
La vi llorar
abrí mis brazos
intentando consolar
la oscuridad de sus ojos
con la luz esperanzada
de los míos
De un zarpazo
arrancó mi corazón
tirándolo al suelo
anegado en sangre
Alargué mis manos
intenté no apurar
aquel agitado latido
que la tristeza
alejó de mi
con el pié
de la realidad.
Noté que moría
impotente frente
a mi propio corazón
que intentaba
aliviar mi pena
con una dulce sonrisa
de "no importa...ya no importa".
Anegada en llanto
la vi salir de mi casa
dejando a mi corazón
agonizando
al otro lado del pasillo
de mi alegría.
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