Lloro sin llorar
de esa manera
que apenas se nota
de esa forma
que lloran en el cine
para no arrastrar el maquillaje.
Me pasa algo
que no entiendo
que no sé
por qué lado
de mi cuerpo
camina
aunque
escucho sus pasos
y sé que se acerca
sin saber el motivo.
Estoy inquieta
me muevo como una amapola
a punto de perder sus hojas
con un simple soplido
y meso mis cabellos
y miro mi entorno
buscando
la hendidura
por donde ha de pasar
esa maldita
a joderme el alama
nuevamente.
Miro en el infinito
hago balance
y me río de mi misma
porque nunca hice nada
para que me vistiera
esta tristeza
que me ha acompañado
durante tantos años.
Tal vez sea un error
-pienso-
pero no.
La escucho
casi la huelo
y trago saliva
y pego un puñetazo
sobre la vieja mesa
donde aún reposan mis sueños
donde mis recuerdos
siguen vivos
y el olor de ella
permanece como un perfume
sobre mi piel.
Y corro a tapar la hendidura
con el yeso de mi música
con la voz de mis gentes
con la llamada
de una amiga
a la que lloro mis miedos
Despierto
las 2:40h.
Quiero llamarla
estoy llorando
No puedo
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