Alguna vez tuve la sensación
de haber alcanzado el cielo
pero no era cierto.
Sucedía lo mismo que
con el horizonte estaba ahí
ahí mismo
tan lejos inalcanzable.
Por momentos
tuve aquella sensación que
plasmó Jacinto Benavente en "La malquerida"
-Es tanto lo que me pasa, que parece
que no me pasa nada-
Y así un día tras otro
engarzando semanas y meses
haciendo cierre con los años
he llegado a la plenitud
de mi plenitud con una sonrisa
tan cómplice de la vida
como la misma ironía
con que la vida me contempla a mi.
Nunca tuve la sensación de ser tan joven
como lo soy hoy
aunque no se puede ver
mis canas y mis arrugas pueden desmentirlo
pero es tan cierto como que
el beso entre el mar y el horizonte
no es más que una mentira óptica.
Mabel Escribano
Derechos Reservados
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