COBARDIA EXTERNA

Me rendí tantas veces
como la mente recuerda
derramé tanto llanto
que no se
cuando dejé de hacerlo.

Pero se que finalmente
pude recoger mi ropa
y malherida
ponérmela sin ayuda
lamer mi sangre
y curar mis heridas.

No fui valiente
¿Qué ganaba con serlo?
Si para aparentarlo
ya no tenía fuerzas
¿como iba a probar en serio
luchar contra los molinos?.

Aquellos gigantes blancos
de la costumbre
lo natural
y lo propio
me buscaban el amor
como quien busca empleo
haciendo círculos en los anuncios
del periódico.

Y no lo encontré
marche hacia donde todos
camino adelante
cantando coplas de amores
que no sentíamos
y algunas novedades de los Beatles
que no entendíamos
porque eran en
ese idioma casi prohibido
donde Ofelia no sobrevivía
y Hamlet era un tío raro
con una calavera en la mano
en lugar de una botella de vino.

Me rendí tantas veces
como mi mente no puede recordar
ni fui demócrata de toda la vida
ni estuve en París en Mayo del 68
lo cual me hace aún más rara
todos estaban allí -eso dicen-
y yo cobardemente
fui la única que
me quedé aquí dentro
tarareando Soul Finge
con acento catalán .


Mabel Escribano
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