¡Que no daría por ser aire!
tomar tu piel dejando en ella mi aliento
pasearme por el jardín de tu pecho
sorprendida por el color de sus flores
corolas de tus senos.
Lamer las dunas de tu piel
simún de arena dorada
buscándote oasis
para dormir en ti la sed de mi deseo.
Mabel Escribano
Derechos Reservados
bello poema ,con mucho romanticismo,un saludo y sigue publicando bellos poemas.
ResponderEliminarMuchas gracias Alicia, procuraré seguir publicándolos.
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