Nada salvo tus ojos
bañándome en tu mirada
oteando tus horizontes
muriendo sin morirme
en el placer de tu boca
nada salvo tus ojos
que conocen mis gestos
mis locas fantasías
en la playa de tu abrazo
nada me sacia
salvo humedecerme en ti
en la caricia de
tu sonrisa alada
nido de pájaros
inicio de vida.
mabel escribano
derechos reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario