Condename a morir
buscando en tu mirada
el mismo deseo que yo
siento por ti.
A vivir en el desierto
de mi cuerpo sin el tuyo
prémiame luego
haciéndome espejismo
de tu sed bebiéndome hasta que
la arena llegue a tus labios
gimiendo por beber agua
en el pozo de los míos.
Mabel Escribano
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